Luego a mis 18 años, trabajé en una tienda de ropa de prestigio, y supe lo que era no encajar por la forma en que me vestía, sin embargo, yo pensaba que era porque no tenía prendas de esas marcas, luego comprendí que proyectar una imagen positiva no se trata de marcas, sino de elecciones que nos hagan sentir auténticas, conocernos y tener claro nuestro estilo. Por eso hago lo que hago, porque quiero acompañar a las mujeres a que puedan construir su estilo auténtico y empoderarse a través de su imagen personal.